viernes, 10 de julio de 2009

Don't let me be misunderstood ..


Hoy me levante y antes de poder abrir mis ojos ya sabía que hoy no iba a ser un buen día.

Denisse me dijo un día antes, "En 20 minutos voy para tu casa", palabras tan cortas pero con tanta historia, al menos Denisse, sus amigos y yo sabíamos que implicaban, y la verdad es que ese día quería hacer algo, y no necesariamente mi deseo era producto de mis ganas de beber sino era el hecho de "evitar la soledad", o al menos eso creía yo.

Recuerdo haberme dicho para mí que iba a tomar mucho pero no se me había pasado por la mente que iba a tomar tanto, y menos que no iba poder moverme por un largo rato.

Cuando Denisse llegó note que venia muy acompañada, me incomode un poco pero la verdad era que tal era mi deseo de tomar que no me importaba si había mucha gente o no, o si alguien me gritaba o se caía, solo quería beber.

Me desperté, día de clases, tenia que ir, no quería hacerlo, en esos momentos donde yo y la luz no nos llevamos bien es cuando recuerdo las sabias palabras que dijo algún día Rodolfo, "Chiquita, tu nunca vas a poder ser alcohólica porque las resacas no lo permitirán", y cuanta razón tuvo. Tenía que vestirme e ir a dar ese examen, pero no quería hacerlo.

Miércoles de Otoño no me gustas con resaca, pero tenia que soportar una horas más, el día no podía ser eterno, ya iba a acabar.

Regrese a casa y mi padre me aviso que tenia una cita con el psicólogo, me dijo que era en 20 minutos, entonces me vestí, tome un vaso de agua y antes de que abriera la puerta mi padre me aviso que iría conmigo, no entendía porque pero tampoco me interesaba.
Cuando llegamos al consultorio me senté para esperar mi turno aunque realmente lo único que deseaba era dormir un poco.
Mi padre me miraba y miraba, como esperando que mi rostro le dijera algo que el quisiera oír, no lo iba a oír.

Mi nombre resonó en la hall del consultorio, era mi turno, me estaba acercando a la puerta cuando la psicóloga me dijo que quería hablar primero con mi padre, no lo entendía y ahora si me importaba.

Por segunda vez en el día resonó mi nombre en el hall y seria la ultima, mi padre salió del cuarto donde se hallaba la psicóloga y me miro solo una vez antes de bajar su rostro con un poco de vergüenza, era mi turno, camine hacia la habitación y entre, salude a la psicóloga y me senté en frente de ella, ella hizo lo mismo, luego mientras abría su portafolio me dijo la frase que me marcaría de ahora en adelante, “Dime, ¿Por qué tomas?”, después de oírla con una voz tan hipócrita solo pude decir para mis adentros, “Here we go again”.

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